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lunes, 24 de noviembre de 2014

Especial frases 2# 2ªParte

SAGA CREPUSCULO



-Ésa es la razón por la cual la gente todavía recuerda su nombre, siempre emparejado con el de ella: Romeo y Julieta. Y ése también es el motivo de que se la considere una buena historia. «Julieta se conforma con Paris» nunca habría sido un éxito.

-Estas cosas sólo te pasan a ti, Bella. Nadie debería haber estado mejor que tú cuando los vampiros nos marchamos de la ciudad, pero tú tenías que involucrarte con los primeros monstruos que te encontraras.

-Será como si nunca hubiese existido.

-Sin apartar sus ojos de los míos, Jacob comenzó a inclinar el rostro hacia mí. Yo todavía no había tomado ninguna decisión.

-Eres un bicho muy raro, incluso para ser humana.

-«Muerte, que has sorbido la miel de sus labios, no tienes poder sobre su belleza». (...) Hueles exactamente igual que siempre. Así que quizás esto sea el infierno. Y no me importa. Me parece bien.


-Me encantan los finales felices. Son tan escasos.

-Creo que se está poniendo histérica. Quizá deberías darle una bofetada.

-Era el paraíso, aunque estuviéramos en el mismo centro del infierno.

-Continuó besándome el pelo, la frente, las muñecas... pero nunca los labios y eso estuvo bien. Después de todo, ¿de cuántas maneras se puede destrozar un corazón y esperar de él que continúe latiendo?
 
-Deberías saber que en este preciso momento me estoy saltando las reglas, aunque no técnicamente, claro, ya que él me dijo que no volviera a traspasar su puerta, y he entrado por la ventana...

-Las probabilidades... Las probabilidades siempre están amafiadas en contra nuestra. Error tras error. No creo que vuelva a criticar nunca más a Romeo.

-Pensé que ya te lo había explicado antes con claridad. Bella, yo no puedo vivir en un mundo donde tú no existas.


-Pero ¿ cómo pudiste creerme? Después de las miles de veces que te dije lo mucho que te amaba, ¿ cómo pudo una simple palabra romper tu fe en mí? (...) Vi en tus ojos que de verdad creías que ya no te quería. La idea más absurda, más ridícula, ¡como si hubiera alguna manera de que yo pudiera existir sin necesitarte!

-Bella, mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido.

-¿Qué ocurriría si hubiera creído sinceramente que algo era cierto, aunque estuviera totalmente equivocada? ¿Qué sucedería si hubiera estado tan empecinadamente segura de que tenía razón que no me hubiera detenido a considerar la verdad? ¿Qué habría hecho la verdad? ¿Permanecer en silencio o intentar abrirse camino?
 

-De pronto, recordé la suerte que había corrido Paris al regreso de Romeo. Las acotaciones de la obra son simples. Luchan. Paris cae.

-Mike Newton ha aparecido en esta conversación porque, maldita sea, él te hubiera convenido mucho más que yo.

-Preferiría morir antes que terminar con Mike Newton. Preferiría morir antes que estar con otro que no fueras tú.

-Me llevó un minuto pensar en ello. Me sentía confusa, ya que ésa era la misma pregunta que Sam Uley me había hecho en el bosque. Sólo que Sam me la había formulado de otra manera: ¿Te han herido? La diferencia parecía implicar algún significado.

-Así que tú eres la chica vampiro.-- 
 Sí.  
¿Y tú eres la chica lobo?

-No es normal, Alice y... y me asusta. No es normal en absoluto. No es como si alguien la hubiera... dejado, sino como si alguien hubiera muerto.
  
-Lo que siento por ti no nunca cambiará. Claro que te amo y ¡no hay nada que puedas hacer contra eso!

-Hieres mi ego, Bella. Te pido que te cases conmigo y tú piensas que es un chiste.

-Aprendo rápido, Jacob Black, y no cometeré el mismo error dos veces. Voy a quedarme aquí hasta que ella me diga que me marche.

-¿Te das cuenta de que tu atracción insaciable por todo lo letal ha sido lo suficientemente fuerte como para hacer retornar a una manada de cánidos mutantes? Desde luego, si pudiéramos embotellar tu mala fortuna, tendríamos entre manos un arma de destrucción masiva.
  
-Volveré tan pronto que no tendrás tiempo de echarme de menos. Cuida de mi corazón... lo he dejado contigo.
  
-Edward sólo es un ser humano, Bella, y va a reaccionar como cualquier otro chico.
  
-¿Te gustaría oír mi historia, Bella? No tiene un final feliz, pero ¿Cuál de nuestras existencias lo tiene? Estaríamos debajo de una lápida si hubiéramos tenido un desenlace afortunado.

 
-Las prefiero morenas.
  
-Tú eres la única que me ha llegado al corazón. Siempre seré tuyo. Duerme, mi único amor.
  
-Somos un poco sensibles al olor de la sangre por aquí. Estoy segura de que lo entiendes.
  
-Me estaba preguntando por qué le habrías apuñalado. No es que tenga nada en contra.
  
-Me has hecho esperar mucho tiempo.

-Estoy enamorado de ti, Bella. Te quiero, y deseo que me elijas a mí en vez de a él. Sé que tú no sientes lo mismo que yo, pero necesito soltar la verdad para que sepas cuáles son tus opciones. No me gustaría que la falta de comunicación se interpusiera en nuestro camino.
  
-Jamás se me ocurrió que tuviera que enseñarte cómo propinar un puñetazo. Supongo que me equivoqué en eso.
  
-Me haces sentir como el malo de la película, que se retuerce el bigote mientras trata de arrebatarle la virginidad a la pobre protagonista.

-Me desarmó. Mi mente se desconectó de mi cuerpo y le devolví el beso. Contra toda razón, mis labios se movieron con los suyos de un modo extraño, confuso, como jamás se habían movido antes, porque no tenía que ser cuidadosa con Jacob y desde luego, él no lo estaba siendo conmigo. Mis dedos se afianzaron a su pelo, pero ahora para acercarlo a mí.
  
-Éste debería haber sido nuestro primer beso. Mejor tarde que nunca.

-El odio es un sentimiento ardiente.


-No me puedo creer que te estés leyendo otra vez Cumbres Borrascosas. Pero ¿es que no te lo sabes de memoria ya?

-La naturaleza sigue su curso, cazador y presa, el círculo infinito de la vida y la muerte. Y desde luego, no verás al pez intentando besar al águila. Jamás verás eso.

-No me preocupa quién es un vampiro ni quién un licántropo, es irrelevante. Tú eres Jacob, él es Edward y yo, Bella. Todo lo demás no importa.

-No pareces entender hasta qué punto puede ser peligroso un hombre lobo joven. Sobre todo si yo no los puedo ver y Edward no tiene forma de saber si estás a salvo. No deberías ser tan imprudente.

-Sí, ya que una fiesta de pijamas con vampiros es el culmen de un comportamiento consciente y seguro.

-Estaré aquí, luchando por ti, hasta que tu corazón deje de latir, Bella. No olvides que tienes otras opciones.

-Edward, necesito tu consejo. ¿Deberíamos poner melodías conocidas y agradables o educar los paladares de los invitados con la buena música?

-Él es como una droga para ti. Ahora veo que no eres capaz de vivir sin él. Es demasiado tarde, pero yo hubiera sido más saludable para ti, nada de drogas, sino el aire, el sol.

-Acostumbraba a pensar en ti de ese modo, ya sabes, como el sol, mi propio sol. Tu luz compensaba sobradamente mis sombras.
 
-Te quedas sin opciones cuando amas a tu potencial asesino. ¿Acaso es posible huir o luchar si eso causa un grave perjuicio a quien quieres? Si la vida es cuanto puedes darle y de verdad

le amas por encima de todo, ¿por qué no entregársela?

-Resultaba más fácil bailar con Charlie. No era mucho mejor para esto que yo, así que nos mecimos prudentemente de un lado al otro en una cerrada formación en cuadro. Edward y Esme giraron a nuestro alrededor como si fueran Fred Astaire y Ginger Rogers.

-Para ser tan pequeñaja eres de lo más irritante.

-¿Cómo podía la gente hacer esto, tragarse todos sus miedos y confiar en otra persona sin reservas, con menos que el compromiso total que Edward me había ofrecido?

-No tengas miedo. Somos como una sola persona. De pronto me abrumó la realidad de mis palabras. Ese momento era tan perfecto, tan auténtico. No dejaba lugar a dudas.

-¿Quieres que te cante? Cantaré toda la noche si eso mantiene a raya tus pesadillas.

-¡Dios!, sacrificarse y morir por el engendro del monstruo. ¡Muy propio de Bella!

-El sacrificio de Bella es un alto precio a pagar, y todos hemos de admitirlo así. Estamos aquí para actuar contra todo aquello capaz de acabar con la vida humana, y cualquier excepción a ese código de conducta es de lo más desolador. Todos nosotros vamos a lamentar la acción de esta noche.

-Si miraba a Carlisle Cullen sin el velo de la animadversión, resultaba imposible decir que matarle no era un asesinato. Era tan bueno como cualquiera de los hombres a los que protegíamos. Quizás incluso mejor.

-¿Te asustas de Leah y haces buenas migas con la rubia psicópata? Me llegó un siseo desde el
segundo piso. Estupendo, me había oído.

-¿Sabes cómo se ahoga a una rubia, Rosalie? Pega un espejo en el fondo de una charca."

-El problema de alternar con vampiros era que terminabas acostumbrándote a ellos y acababas por hacerte un lío en cuanto a la forma de ver el mundo. Al final, pensabas en ellos como amigos.

-Eh, ¿sabes cómo se llama a una rubia con cerebro? Golden Retriever.

-Me has manchado el pelo de comida.

-A ver si te sabes este chiste, psicópata. ¿Cómo muere la célula del cerebro de una rubia? (...) La célula cerebral de una rubia muere... en soledad.

-Y podía ver perfectamente cómo el mundo entero giraba en torno a ese punto. Hasta el momento, nunca jamás había visto la simetría del cosmos, pero ahora me parecía evidente.

La gravedad de la Tierra ya no me ataba al suelo que pisaba. Lo que ahora hacía que tuviera los pies en el suelo era la niñita que estaba en brazos de la vampira rubia. Renesmee.
 
-Un sonido nuevo llegó procedente del segundo piso, el único capaz de llegarme al alma en ese momento interminable. Un golpeteo frenético, un latido alocado... Un corazón en proceso de cambio.

-James rompiéndome una pierna con su pie. Aquello no había sido nada en comparación, como un lugar mullido, como descansar en una cama de plumas. Lo habría preferido cientos de veces. Cien roturas de pierna. Las habría preferido y me habría sentido agradecida incluso.

-Únicamente deseaba morir. O mejor, no haber nacido nunca. Toda mi existencia no podía compensar este dolor. No merecía la pena vivir todo esto sólo a cambio de un latido más de mi corazón.

-Encima de mi cabeza refulgía una luminosidad cegadora, a pesar de lo cual todavía era capaz de ver los hilos incandescentes de los filamentos dentro del globo de la bombilla y distinguía todos los colores del arco iris en la luz blanca, y al borde mismo del espectro, un octavo color cuyo nombre no conocía.

-Él esbozó esa clase de sonrisa que me hubiera detenido el corazón si aún hubiera seguido latiendo.

-De forma instintiva me tensé para defenderme. Cualquier vampiro que viera a Jasper por primera vez habría experimentado la misma reacción. Las cicatrices eran como una valla publicitaria que anunciaba «¡Peligro!». ¿Cuántos vampiros habían intentado matar a Jasper? ¿Cientos, miles? El mismo número que, sin duda, había muerto en el empeño.

-¿Le has puesto a mi hija de apodo el nombre del monstruo del Lago Ness? Y después le salté a la garganta.

-Le vamos a decir a Alice que salí disparada a ver los vestidos, y también que me pasé horas
jugando a probármelo todo. Mentiremos.

-Yo ni siquiera estoy seguro de que sea de verdad un vampiro, así que mucho menos uno reciente. Es demasiado comedida.
 
-Era como si hubiera nacido para ser vampiro. Esa idea me hizo querer echarme a reír, pero también me dieron ganas de cantar. Había encontrado mi verdadero lugar en el mundo, el lugar en el que por fin encajaba, el lugar donde podía brillar.

-¿Quién os gobierna, nómadas? ¿Respondéis ante alguien que no seáis vosotros mismos? Decidme, ¿vais a ser libres de elegir vuestro camino o van a ser los Vulturis quienes decidan vuestra forma de vida? He venido a prestar testimonio y me quedo para luchar. A los Vulturis no les importa nada la muerte de la chica. Persiguen la muerte de nuestro libre albedrío.

-Te amo, más que a mi propia vida.



-Nadie lo había deducido todavía, pero sabía que Aro iba a tardar medio segundo en suponer, si es que no lo había hecho ya, que mi escudo era mucho más poderoso de lo que él conocía a través de Edward. (...) Por lo que le dediqué a Jane una enorme sonrisa de presunción.

-Alcé la cabeza y le besé con una pasión capaz de prenderle fuego al bosque. Y yo ni lo habría notado.

-Y entonces continuamos apurando con alegría esa pequeña pero perfecta fracción de nuestra eternidad.

-La experiencia me indica que el miedo es un incentivo más que fuerte que la expectativa de lucro para que ciertas relaciones laborales funcionen

-Nadie osará considerarte insignificante cuando haya acabado contigo.(..)-- Sí claro, pero eso será sólo porque les dará miedo que les chupes la sangre

-¿Sabías que el «te lo dije» tiene un hermano, Jacob? Se llama «cierra ese maldito pico»

-Está Fácil borrarle la memoria a una rubia. Basta con soplarle por el oído, tiene la cabeza tan hueca que se le van las ideas.

-Dices eso porque estás enamorado de Bella, pero la imprimación te alejaría de ella, ya sabes, y ya no tendrías que sufrir por su causa.

-Bella se supone que es una mujer madura, casada, madre y todo eso. ¿No debería mantener una actitud más digna? (...)

-Te seguiré adonde quieras si sobrevivimos a esto, mujer.




Y ya saben, cualquier duda o petición déjenlo en un comentario. Muchas Gracias.

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